La Biblia Reina Valera

Marcos 10

Marcos

Indice

Capítulo 11

1


 

  Y COMO fueron cerca de Jerusalem, de Bethphagé, y de Bethania, al monte de las Olivas, envía dos de sus discípulos,  

 

 

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2


 

  Y les dice: Id al lugar que está delante de vosotros, y luego entrados en él, hallaréis un pollino atado, sobre el cual ningún hombre ha subido; desatadlo y traedlo.  

 

 

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3


 

  Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decid que el Señor lo ha menester: y luego lo enviará acá.  

 

 

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4


 

  Y fueron, y hallaron el pollino atado á la puerta fuera, entre dos caminos; y le desataron.  

 

 

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5


 

  Y unos de los que estaban allí, les dijeron: ¿Qué hacéis desatando el pollino?  

 

 

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6


 

  Ellos entonces les dijeron como Jesús había mandado: y los dejaron.  

 

 

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7


 

  Y trajeron el pollino á Jesús, y echaron sobre él sus vestidos, y se sentó sobre él.  

 

 

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8


 

  Y muchos tendían sus vestidos por el camino, y otros cortaban hojas de los árboles, y las tendían por el camino.  

 

 

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9


 

  Y los que iban delante, y los que iban detrás, daban voces diciendo: ¡Hosanna! Bendito el que viene en el nombre del Señor.  

 

 

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10


 

  Bendito el reino de nuestro padre David que viene: ¡Hosanna en las alturas!  

 

 

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11


 

  Y entró Jesús en Jerusalem, y en el templo: y habiendo mirado alrededor todas las cosas, y siendo ya tarde, salióse á Bethania con los doce.  

 

 

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12


 

  Y el día siguiente, como salieron de Bethania, tuvo hambre.  

 

 

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13


 

  Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, se acercó, si quizá hallaría en ella algo: y como vino á ella, nada halló sino hojas; porque no era tiempo de higos.  

 

 

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14


 

  Entonces Jesús respondiendo, dijo á la higuera: Nunca más coma nadie fruto de ti para siempre. Y lo oyeron sus discípulos.  

 

 

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15


 

  Vienen, pues, á Jerusalem; y entrando Jesús en el templo, comenzó á echar fuera á los que vendían y compraban en el templo; y trastornó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas;  

 

 

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16


 

  Y no consentía que alguien llevase vaso por el templo.  

 

 

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17


 

  Y les enseñaba diciendo: ¿No está escrito que mi casa, casa de oración será llamada por todas las gentes? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.  

 

 

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18


 

  Y lo oyeron los escribas y los príncipes de los sacerdotes, y procuraban cómo le matarían; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba maravillado de su doctrina.  

 

 

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19


 

  Mas como fué tarde, Jesús salió de la ciudad.  

 

 

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20


 

  Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces.  

 

 

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21


 

  Entonces Pedro acordándose, le dice: Maestro, he aquí la higuera que maldijiste, se ha secado.  

 

 

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22


 

  Y respondiendo Jesús, les dice: Tened fe en Dios.  

 

 

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23


 

  Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere á este monte: Quítate, y échate en la mar, y no dudare en su corazón, mas creyere que será hecho lo que dice, lo que dijere le será hecho.  

 

 

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24


 

  Por tanto, os digo que todo lo que orando pidiereis, creed que lo recibiréis, y os vendrá.  

 

 

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25


 

  Y cuando estuviereis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que vuestro Padre que está en los cielos os perdone también á vosotros vuestras ofensas.  

 

 

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26


 

  Porque si vosotros no perdonareis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.  

 

 

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27


 

  Y volvieron á Jerusalem; y andando él por el templo, vienen á él los príncipes de los sacerdotes, y los escribas, y los ancianos;  

 

 

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28


 

  Y le dicen: ¿Con qué facultad haces estas cosas? ¿y quién te ha dado esta facultad para hacer estas cosas?  

 

 

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29


 

  Y Jesús respondiendo entonces, les dice: Os preguntaré también yo una palabra; y respondedme, y os diré con qué facultad hago estas cosas:  

 

 

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30


 

  El bautismo de Juan, ¿era del cielo, ó de los hombres? Respondedme.  

 

 

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31


 

  Entonces ellos pensaron dentro de sí, diciendo: Si dijéremos, del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?  

 

 

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32


 

  Y si dijéremos, de los hombres, tememos al pueblo: porque todos juzgaban de Juan, que verdaderamente era profeta.  

 

 

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33


 

  Y respondiendo, dicen á Jesús: No sabemos. Entonces respondiendo Jesús, les dice: Tampoco yo os diré con qué facultad hago estas cosas.  

 

 

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Marcos 12

 

 

 

 

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